miércoles, 16 de diciembre de 2009

TECHOS CORDOBA Y SEVILLA

Uno de nuestros objetivos para el nuevo curso 2009-2010 es completar los “Techos de España”, por ello y aprovechando el puente de la Inmaculada nos desplazamos hasta Andalucía, para subir los picos más altos de la provincia de Córdoba, La Tiñosa (1.570m) y de la provincia de Sevilla, El Terril (1.129 m).

El sábado 5 de diciembre salimos de Valencia, comimos en la ciudad de Córdoba y aprovechamos la tarde para visitar la ciudad, a nuestro grupo habitual (Javi, Nuria, Inés, Israel, Noé, Ana y Mati) se unieron viejos amigos (Llorenç, Ojos, Pepo y Fina) y gente nueva (Ximo, Abigail, Marga, Isabel, Encarna y Beti), después de una divertida cena y antes de ir a dormir preparamos los sándwiches para el día siguiente.

Nos esperaba una etapa complicada, éramos un grupo muy numeroso, con gente sin experiencia en la montaña y debíamos hacer grandes trayectos por carretera hasta llegar a los puntos de salida hacia los picos.


A la salida de Córdoba, a las 8:30h, nos encontramos con una espesa niebla que dificultaba la visibilidad aunque afortunadamente cuando llegamos a Pliego de Córdoba, localidad desde donde se inicia la ascensión al pico La Tiñosa, el día estaba completamente despejado, lucía el sol y hacía una temperatura muy agradable.

Después de repartirnos la comida comenzamos la marcha con Javi al frente. Pronto nos encontramos con la primera subida y ello supuso la disgregación del grupo, como era de esperar, las personas más experimentadas siguieron a buen ritmo, mientras los demás quedaron un poco atrás, como llevábamos los walkis estábamos en permanente contacto. Después de la primera subida llegamos a una segunda de mayor dificultad ya que tenía más desnivel, el terreno era bastante irregular y muy pedregoso y al final de la misma nos reagrupamos las personas que íbamos por delante.
Después de crestear un poco, afrontamos el último repecho hasta alcanzar la cumbre, nos abrigamos y mientras disfrutábamos del paisaje comimos algo para reponer fuerzas. Poco a poco alcanzaron la cumbre el resto de compañeros, nos hicimos todos juntos la foto y firmamos en nombre de nuestro grupo en un libro de firmas.

Todo había ido bien aunque llevábamos un retraso de tiempo considerable, lo que nos llevó a plantearnos si era viable la opción de hacer ese mismo día el segundo pico, decidimos posponer la decisión hasta el final del descenso.

Con la intención de ganar tiempo hicimos el descenso por otro camino, llegamos a los coches a las 15:00h y sin tiempo para disfrutar del momento, Javi, Nuria, Inés, Noé, Ana, Llorenç y Mati acordamos ir a por el segundo pico, Ojos y Pepo nos acompañaron porque necesitábamos 2 vehículos. El resto del grupo se fue a Sevilla donde al final del día nos reuniríamos todos para cenar juntos.

Debíamos dirigirnos a Pruna, población desde donde comienza la ruta y que estaba a más de 2 horas de donde nos encontrábamos, por suerte logramos llegar sin perdernos. Eran las 17,30h, nos quedaba una hora de luz y todos éramos conscientes de que debíamos hacer cumbre en ese tiempo…de otro modo nuestro esfuerzo habría sido en vano.

En el último momento Ana decidió no subir, así que se quedó en los coches con Ojos y Pepo, nos despidieron deseándonos suerte.

Muy cerca de allí empezamos a subir por una cuesta llena de barro, al final de la misma Javi con muy buen criterio puso una fita, que al final de la etapa iba a ser decisiva.

Estábamos decididos a hacer cumbre, por lo que avanzábamos con paso firme y sin hacer paradas, el horizonte rojizo nos recordaba a cada paso que pronto se escondería el sol.

No había una senda que nos marcara el camino, por ello cada cierto tiempo dejábamos señales que nos pudieran ayudar en el descenso.
Cuando vimos el punto geodésico que marcaba la cumbre aceleramos el paso, al tiempo que nos dábamos ánimos “cumbre a la vista, podemos conseguirlo”.
A las 18:40h hicimos cumbre y con las últimas luces del día nos hicimos la foto, aunque estábamos contentos todos sabíamos que nos faltaba descender.

Sin perder tiempo, empezamos el descenso, con nuestro frontales y muy agrupados sin perder nunca de vista a nuestro compañero de delante, ya había anochecido y aunque el cielo estaba muy estrellado no había luna.
Empezamos el regreso sin perder cota de altura, seguimos avanzando por la oscuridad, consiguiendo orientarnos en todo momento.
Después de un rato de descenso Noé pudo hablar por el walki con Ana, esto nos dio confianza y un tramo más adelante pudimos ver las señales que nos hacían con los faros del coche, estábamos en la dirección correcta.
En el momento justo empezamos a bajar…de repente y entre las sombras Nuria vió algo, era el pluviómetro que nos indicaba que estábamos muy cerca de la última bajada y todos empezamos a buscar la fita que Javi había dejado, pronto la encontramos…ya lo teníamos!! una última bajada con mucha precaución porque estaba llena de barro y por fin el asfalto.
Cuando llegamos a la carretera todos nos fundimos en un abrazo, una vez más ¡lo habíamos conseguido!! la satisfacción que sentí en ese momento me llevó a pensar en algo que hace grande a nuestro grupo, nuestro espíritu de sacrificio y nuestro afán por conseguir nuevas metas.