La salida se hizo lloviendo a las 08:30 desde la Aldea de Estenas. A medida que avanzabamos dejó de llover, pero el frío era bastante intenso, y el suelo estaba totalmente cubierto de hielo y barro.
Los primeros Kilómetros, mas duros, fueron la subida hasta el santuario, a unos 8 kilómetros de un total de 18 kilómetros.
Allí almorzamos en un área recreativa y visitamos el monsaterio que estaba abierto, pequeño pero muy bonito y bien cuidado.
El resto de kilómetros transcurrió sin novedad por terreno que te hacia pensar que estabas muy lejos de la civilización. El final hasta la aldea es la subida por un barranco, donde el río titalmente helado, nos dejaba caminar por él.
Una buena y reconfortante comida de grupo, pasando mucho frío en un parque de la aldea y luego en Utiel un café caliente que nos devolvió la vida.
Lo peor la hora y media de viaje (casi dos) de ida y vuelta.
